Parques y Jardines contra la contaminación.

Este debe ser el nuevo reto en Jardinería Pública: contrarrestar los efectos de la contaminación en nuestras ciudades; además este reto debe de ir acompañado de una educación más completa sobre los beneficios de las zonas verdes en nuestra calidad de vida y por supuesto de una sensibilización de los ciudadanos acerca de estos beneficios, que contribuya a realizar un mantenimiento menos costoso de las zonas verdes, no invirtiendo tanto en la reparación de los desperfectos que se causan en ellos y en la limpieza constante de desperdicios, botellas, excrementos de perros, etc.

Dicho lo anterior, vemos como los ayuntamientos incrementan la cantidad de zonas verdes, no tantas como quisieramos algunos, amplían las dotaciones de los mismos, etc. Pero existen varios factores a tener en cuenta a la hora de realizar los diseños de estos nuevos espacios y que tal vez no se están teniendo demasiado en cuenta. Las entidades prefieren elaborar jardines con exceso de zonas duras, pavimentadas, remitiéndose casi siempre al concepto de ajardinar con especies autóctonas por el problema del agua, con lo cual se terminan implantando especies inadecuadas para controlar los efectos de la contaminación. Vamos a dejar claro un concepto: xerojardinería no es lo mismo que pavimentación, o plantar únicamente romeros.

En este apartado son elocuentes las opiniones de un conocido diseñador de zonas verdes, cuando afirma que existe una "obsesión por la jardinería sin mantenimiento, un exceso de gris en nuestros jardines". En efecto, el jardín es verde y es el contrapunto al gris del cemento que consigue otorgar a las ciudades esas características de densa, compacta, calurosa, grande, ruidosa y contaminada.
En este sentido pongo a vuestra disposción una serie de claves para contarrestar el efecto negativo de la contaminación:

  • Elección adecuada de las especies arbóreas, analizando las características intrínsecas de estas en cuanto a forma y tipo de hoja, ya que aquellas de hoja ancha influyen en la formación de un determinado microclima en el jardín, reduciendo los rigores térmicos del cemento y el asfalto.
  • No decantarse por aquellas especies que estén de moda sino por aquellas que sean aprovechables para cada ubicación. En este sentido, debemos tener en cuenta si la zona prefiere caducos a perennes, para obtener espacios soleados en invierno.
  • Existen crecientes casos de enfermedades como el asma, provocados por la contaminación, que podríamos reducir con la implantación de más y mejor arbolado, además podemos elaborar pantallas acústicas con ellos, para eliminar la contaminación acústica que provoca el paso de vehiculos cerca del jardín.
  • El problema de excasez de agua no afecta al ajardinamiento, ya que se tiene un arma a nuestro favor, poco explotada y que es el agua proviniente de las depuradoras, que se puede utilizar en jardinería, con lo cual se debería realizar una infraestructura adecuada para ponerlas al sevicio de nuestros jardines; además con la alternativa del riego enterrado se eliminan las posibilidades de riesgo para la salud, pues se aportan directamente al sistema radicular de la planta.
  • Por tanto los jardines hay que regarlos, los árboles adecuados transpirarán y evaporarán para que se produzca el descenso térmico deseado, pero debemos tener en cuenta que las especies de bajo consumo de agua tienen una evapotranspiración menor, con lo cual el efecto de dismiución de temperatura no lo consiguen, y comienza la cadena calor, aire acondicionado, ruido, gasto energético, contaminación.
  • No olvidemos que todo esto debemos acompañarlo por una campaña inteligente de sensibilización medioambiental de los ciudadanos, especialmente de los más jóvenes y que punto de partida mejor que la próxima celebración del día del árbol.

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